Remesas
Las remesas familiares, a diferencia de otras fuentes
de divisas, representan un ingreso externo directo para los hogares hondureños,
ya que consiste en ayuda económica de familiares que han establecido su
residencia en el exterior.
Por medio de esta asistencia económica, las familias
beneficiarias incrementan su ingreso disponible, teniendo la posibilidad de
mejorar su capacidad de consumo y aliviar las condiciones de pobreza.
Cabe resaltar que el monto de este flujo de divisas
supera lo captado por la inversión extranjera directa y otras transferencias
como las donaciones oficiales y privadas.
El
mecanismo de envío de remesas en Honduras ha cubierto tres ciclos: La primera
en 1997, cuando se dio el manejo informal de los llamados “viajeros” y “mulas”,
con precios relativamente altos y desventajas en cuanto a seguridad.
La
segunda fase se registra entre 1997 al 2001, que es cuando aparecen las
agencias de mensajerías, los llamados money orders y couriers, prestando
servicios más eficientes e inmediatos.
Y
el tercer ciclo que se da desde el 2001 a la fecha, a través del sistema
financiero nacional y las llamadas remesadoras, tales como Western Union y
Servigiro, entre otras, y que se caracterizan por la supervisión de organismos
controladores de Estados Unidos en lavado de activos y terrorismo, derivada de
la ampliación del Estatus de Protección Temporal (TPS). El 90 por ciento de las
remesas formales se realiza a través de los bancos privados, ya sea de manera
directa o como pagadores de compañías extranjeras.
Los
hondureños antes pagaban entre 25 y 30 por ciento por envió y ahora el costo
oscila entre 8 y 10 por ciento, debido a que hay más compañías dando el
servicio de envío rápido, directo y seguro de remesas. Las instituciones
bancarias intermedian casi el 70 por ciento de las remesas que los hondureños
que viven en el exterior envían a sus parientes.
Las remesas, que casi alcanzan unos 3,000
millones de dólares en la actualidad, se han convertido en un recurso efectivo
para emprender el desarrollo en Honduras. Algunos aseguran que es el mejor
argumento de la Estrategia de Reducción de la Pobreza (ERP) de nuestros
gobiernos.
Estos recursos, en su mayoría procedentes de
Estados Unidos de América (La mayoría de emigrantes se
concentran en Los ángeles, Miami, Nueva Orleáns, Nueva York y Washington),
se han constituido en los últimos años en una importante fuente financiera para
miles de hogares hondureños.
Su
impacto económico y social ha sido de enorme importancia, ya que ha contribuido
no sólo a aumentar las reservas internacionales, también para equilibrar la
balanza de pagos, para potenciar el Producto Interno Bruto (PIB), así como para
mejorar las condiciones de vida de miles de hogares hondureños.
Actualmente,
las remesas familiares representan el 12 por ciento del PIB, el 26 por ciento
del total de exportaciones de bienes y servicios, y equilibran en un 47 por
ciento el déficit de la balanza comercial. No obstante, pese a toda esta serie
de beneficios que le genera al país, este “rubro” aún no es visto como una
prioridad para el gobierno, tal como se ha hecho en otros países
centroamericanos, en donde se han creado una serie de programas para incentivar
el envío de dólares, así como para buscar proteger a los migrantes.
Contrario
a lo que se especuló por el impacto de la crisis de Europa y Estados Unidos, el
país reportó un ingreso de divisas por 2,761.5 millones de dólares hasta la
tercera semana de diciembre anterior.
El
último informe ejecutivo semanal del BCH (Banco Central de Honduras) del 20 de
diciembre hace constar que en 2012 las remesas aumentaron en 94.3 millones. En
2011 hasta esa misma fecha se reportaba un ingreso por $2,667.2 millones y en
el 2010 u ingreso de $2,405 millones de dólares.
Por
el número de hondureños emigrantes en el exterior, el principal país de origen
de esos dólares fue Estados Unidos en donde residen un promedio de 1.5 millones
de hondureños, seguido por Europa donde habitan unos 35 mil hondureños,
principalmente en España.
Una
observación que valdría la pena, seria que el gobierno utilizara algunas
políticas para buscar beneficiar a los inmigrantes que envían dinero del
extranjero para que le dieran un uso útil, ya que la mayoría de los fondos que
ingresan al país se destinan al consumo, no obstante una buena cantidad de
emigrantes ahorró.
El
que recibe la remesa la utiliza para los gastos en Honduras, pero un alto
porcentaje de ellos aparte de enviarles a sus familiares, tiene una cuenta
propia para ahorrar en Honduras, ya que no lo hacen en el extranjero. Aunque
muchas veces el dinero que se ahorra sirve para pagar el viaje de los
hondureños que son deportados y que nuevamente intentan entrar en Estados
Unidos.
En
Honduras no existe un estudio o investigación que cuantifique el impacto de las
remesas familiares, aunque muchas personas consultadas sostienen que la mayor
parte de los envíos de dólares se destinan al consumo personal o para cubrir
las necesidades básicas familiares.
Su
importancia en el sector social ha sido fundamental para que muchos hogares
hayan mejorado su nivel de vida, ya que con ese dinero han logrado hacer su
casita, sostener el hogar y el pago de la educación de sus hijos. Y es gracias
a este envío permanente de recursos que se pueden observar cómodas viviendas
que se levantan en zonas rurales del país, construidas con las remesas de los
emigrantes que residen en Estados Unidos.
Un
documento de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
establece que una parte de los dólares enviados por los emigrantes es usada
para invertir en la creación de pequeños negocios familiares, en la compra de
casas, terrenos, y el mejoramiento de viviendas. Otra mínima proporción está en
cuentas de ahorro en el sistema financiero nacional.
La importancia de las remesas para el país:
- Mantiene la estabilidad económica de las familias (dos de cada cinco hondureños reciben beneficios directos)
- Ahorros destinados a la inversión personal
- Estabilidad socioeconómica al país
- Disminuye la amenaza de posibles devaluaciones
- Contribuye a la Estrategia de Reducción de la Pobreza
De
la región Centroamericana Honduras cerró 2012 como el tercer país
receptor de divisas por remesas, solo después de El Salvador y Guatemala,
mientras que Nicaragua es el cuarto receptor. Solo estas cuatro naciones
representaron un ingreso de $11,567 millones hasta noviembre de 2012 por todos
los centroamericanos que residen en el extranjero.
Bibliografía
Banco Central de Honduras
Hablemos Claro Financiera
Diario La Prensa (sección economía)
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