Gastos del gobierno
El
sector gobierno constituye una parte clave de la economía, la naturaleza del
sector público, varía en cada país según los acuerdos institucionales
concretos, la idoneidad y la generosidad o irresponsabilidad de los regímenes.
El
papel del estado es estar principalmente comprometido en la seguridad nacional,
en la seguridad interna, en la justicia y en los servicios que proporcionan
asistencia en las áreas de salud, educación, en algunos casos jubilación y en
la protección mediante programas de seguros o mejoras estructurales para hacer
frente al desempleo. El gobierno al igual que los agentes, también tiene una
restricción presupuestaria, estas son los ingresos que provienen de fuentes
tributarias o por financiamiento interno y externo, estos ingresos se aplican
al gasto de gobierno que se realiza en la compra de bienes y servicios o en la
inversión en bienes públicos.
Un mayor gasto continuo en el tiempo, se transforma en
un gasto permanente cuyos efectos son los siguientes:
- Si no hay mayores ingresos, el volumen de deuda se eleva, ello presiona al alza de los intereses, a la atracción de capitales de corto y largo plazo y con ello se produce una apreciación real, que afecta a los exportadores y el producto.
- Si no hay capacidad de deuda ni de alza de ingresos, entonces se impulsa la emisión de dinero, lo cual hace que la expansión monetaria sea mayor a la demanda de dinero, con ello el gasto interno crece y también la inflación, al punto que cualquier mejora del tipo de cambio nominal es rebasada por la pérdida o apreciación real de la moneda afectando a los exportadores.
- Un gasto inflacionario reduce la capacidad adquisitiva de la recaudación tributaria. Por ello el estado, en este contexto, debe tener saldos tributarios adelantados, esto supone obtener ingresos previos a la ocurrencia de la inflación, para evitar que el estado no pueda asumir sus gastos que crecen a ritmo de inflación e ingresos, que de no darse el pago adelantado, caerían al ritmo de crecimiento inflacionario.
La emisión de bonos en un período, que
financian gastos del mismo período, implica que en el tiempo se recurra a
mayores tributos para pagar los bonos.
Si el gobierno gasta en un período más
de sus ingresos, debe asumir deuda, de modo que el período siguiente paga la
deuda pero a costa de mayores impuestos. Sólo en el caso que el mercado
financiero sea poderoso, de modo que compre continuamente deuda, se puede tener
una menor alza tributaria.
El Presupuesto General de Ingresos y
Egresos de la República de Honduras en el 2011 se identificó que los
requerimientos en materia de gastos e inversiones, derivados de la ejecución de
los objetivos y metas “no son congruentes con los establecidos en el Plan de
Nación, Visión de País y en el Plan de Gobierno”.
De las 87 instituciones estatales fueron
analizadas 82; cinco conforman la “lista negra” de incumplidores. “No
presentaron ante este Tribunal la rendición de cuentas de su gestión 2011: la
Presidencia de la República, el Congreso Nacional, el Tribunal Supremo
Electoral, el Ferrocarril Nacional de Honduras (todos de manera reincidente), y
el Comité Permanente de Contingencias”, cita el TSC en su informe. A pesar de
que el ente contralor solicitó formalmente el envío de documentación de
ejecución presupuestaria y financiera, estas cinco incumplieron.
Para
el caso, las secretarías de Cultura, Artes y Deportes, Interior y Población,
Educación, Finanzas, la Dirección de Fomento a la Minería y el Fondo Social
para la Vivienda, Planificación y Cooperación Externa no remitieron la
evaluación del plan operativo anual.
Por
su parte, las secretarías de Despacho Presidencial, de Salud, Seguridad y de
Pueblos Indígenas y Afrohondureños no remitieron la evaluación del total de las
metas contempladas en su plan operativo anual. Con respecto a Soptravi y la
Secretaría de Justicia y Derechos Humanos, la ejecución de las metas físicas no
guarda coherencia con la ejecución financiera.
Con
esto podemos observar que no hay orden, disciplina en cumplir con el plan de
nación, ya que la persona que nos gobierna no hace cumplir a su gabinete de
ministros con las obligaciones con el presupuesto que le corresponde a cada una
de las dependencias del estado Y así evitar que el ministro termine con el
presupuesto anual antes de finalizar el año o que quede con presupuesto al
final del año pero sin cumplir con los objetivos trazados al inicio de año.
Esto
se podría corregir, si nuestros gobernantes aplicaran la ley a todo funcionario
público que no cumpla con sus deberes durante la administración de los fondos
del estado.
Como
podemos ver el presupuesto General de la Republica cada año se incrementa por
ejemplo: en el año 2010 el presupuesto fue de 68,230.1, en el año 2011 fue de
75,675.3, en el 2012 fue de 79,558.0 y
en el 2013 es de 89,544.3 millones de lempiras.
Es por esta razón que el secretario de
Finanzas, Wilfredo Cerrato, anunció en agosto de 2012 una serie de medidas para
recortar en 1,200 millones el gasto, sin embargo, los resultados indican una
sobre ejecución.
Entre
las acciones anunciadas por el funcionario destacaban el recorte de 11% del
salario para aquellos servidores públicos que ganaran más 50,000 lempiras
mensuales, el congelamiento de plazas y la suspensión de contratación de más
personal.
Ese
mismo día, diversos sectores calificaron esas medidas de “improvisadas” y
“tardías”, las que resultaron acertadas al compararse con la abultada ejecución
presupuestaria.
Los
resultados del ejercicio fiscal 2012 distan de las medidas anunciadas: el gasto
corriente aprobado fue de 45,536.8 millones de lempiras y lo ejecutado al
cierre del año pasado alcanzó 49,079.3 millones, o sea, 2,542.5 millones más.
Lo
anterior indica que en vez de recortarse el gasto corriente en 1,200 millones
de lempiras como lo anunciaron las autoridades de la Secretaría de Finanzas de
Honduras con bombos y platillos, la administración central reportó una sobre ejecución.
Otro
elemento adicional es que la partida de gastos corrientes se amplió de 46,536.8
millones a 54,060.2 millones, equivalente a un aumento de 7,523.4 millones.
Ese
comportamiento en el manejo de las finanzas públicas es una de las causas del
déficit fiscal neto registrado durante 2012, que fue de -6% del PIB,
equivalente a 21,306 millones de lempiras. El gobierno central había estimado
para 2012 un déficit de -3.5% del producto interno bruto, equivalente a 12,535
millones de lempiras.
El
gasto corriente puede ser mayor si se incluyen deudas pendientes en concepto de
salarios, así como compromisos con proveedores.
Las
medidas de ahorro que los gobiernos aprueban históricamente nunca se cumplen en
años electorales. En 2012 se realizaron en Honduras elecciones internas de tres
partidos políticos -Nacional, Liberal y Libre-.
Un
ejemplo de lo anterior es que el gobierno aprobó 34,982 millones de concepto de
masa salarial y esa partida fue ampliada a 35,194.6 millones, o sea, 212.6
millones más. La ejecución fue de 33,484.4 millones. En cuanto a servicios no
personales se aprobaron 3,210.3 millones de lempiras y se ejecutaron 4,120.7
millones, o sea, 910.4 millones más. La asignación de materiales y suministros
era de 3,830 millones de lempiras y lo ejecutado ascendió a 4,308.4 millones, o
sea, 478.4 millones más.
En
cuanto a la partida de bienes capitalizables, para lo cual se aprobaron 4,514.5
millones de lempiras, el monto ejecutado durante el año 2012 fue de 7,165.8
millones, equivalente a un sobre ejecución de 2,651.3 millones. El Congreso
Nacional de Honduras aprobó al gobierno un presupuesto por 79,558.7 millones de
lempiras y lo ejecutado fue de 85,277.7 millones, o sea 5,719 millones más.
Mientras
tengamos a las mismas personas que nos gobiernen, que solo son de diferente
partido político pero la misma ideología que es saquear las arcas del estado y
que al terminar su periodo nadie los lleve a juicio por malversación de los
caudales públicos (ya que los nuevos que vienen a gobernarnos vienen hacer lo
mismo que los antecesores), seguiremos los hondureños pagando cada vez más
impuestos y que el dinero que cada día que pasa vale menos; y para rematar hay
hondureños que les dan títulos de señores a estos grandes delincuentes; que no
se si lo hacen por que tienen un beneficio o que realmente los duermen con sus
mentiras y engaños. Lo único que queda es que Dios no se olvide de darles un
castigo a estos malos hondureños que han hundido a Honduras en un gran abismo
que aunque vengan ayudas monetarias de otros países, estos siempre van a despilfarrar hasta el último centavo que
tenga acceso.
Bibliografía
Diario El Heraldo
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