sábado, 13 de abril de 2013

La devaluacion de la moneda hondureña



La devaluación de la moneda hondureña
 
La devaluación es la pérdida del valor nominal de una moneda corriente frente a otras monedas extranjeras. La devaluación de una moneda puede tener muchas causas, entre éstas una falta de demanda de la moneda local o una mayor demanda de la moneda extranjera. Lo anterior puede ocurrir por falta de confianza en la economía local, en su estabilidad, en la misma moneda, entre otros. El proceso contrario a una devaluación se conoce como revaluación.
En un sistema cambiario libre, es decir donde la intervención del banco central es nula o casi nula, la devaluación se conoce como depreciación.
Las monedas de los países representan un valor, este valor está relacionado con la riqueza de un país. La moneda en sí no tiene un valor real, sino que es sólo representativo y si el país emite más monedas o les da un valor más alto del que puede respaldar con su riqueza se tienen que realizar ajustes en cuanto al valor de éstas.

Desde 1990, el lempira paso de un tipo de cambio de 2.00 lempiras por dólar hasta el actual (2013), que es de 20.21 por dólar.
El lempira se ha devaluado en estos últimos años en un 1,000%, desde noviembre de 1990 cuando se elimino el tipo de cambio oficial de dos lempiras por dólar.
En el gobierno de José Azcona, el dólar se cotizaba a dos lempiras; sin embargo a mediados del régimen se crearon los Certificados de Transferencias por Exportaciones (CETRAS), para fomentar la exportación. Para algunos críticos, este mecanismo no fue más que una devaluación disfrazada.
En Honduras, el proceso de depreciación inicia a finales de la década del 80, pero se oficializó y profundizó a partir de 1990, con la aplicación del primer programa de ajuste sancionado por el entonces Presidente Rafael Leonardo Callejas.
En el gobierno de Rafael Leonardo Callejas, se eliminaron los CETRAS, pero se creó el Factor de Valoración Aduanera (FVA). Este mecanismo permitió que en marzo de 1990, el dólar tuviera un valor de cuatro lempiras; en diciembre de ese mismo año su valor ascendió a 5.70 lempiras, se mantuvo dos años, pero en junio de 1993, alcanzó un valor de 7.26 lempiras, y el último precio del FVA fue de 7.27 lempiras por dólar, que se registro en febrero de 1994, ya con el gobierno de Carlos Roberto Reina.
En los primeros meses de gobierno del ex presidente Carlos Roberto Reina, el tipo de cambio fue liberalizado, lo que provoco acciones especulativas, lo que dio lugar a eliminar el FVA, para crear el Sistema de Adjudicación Publica de Divisas (SAPDI), aun vigente.
Este sistema se inicio el 23 de junio de 1994 con un precio base de 8.60 lempiras por dólar. El SAPDI o subasta pública de dólares como comúnmente se conoce se creó con el objetivo de contrarrestar la especulación en el tipo de cambio con respecto al dólar, pues en Honduras como en otros países de Centroamérica ha existido y existe el mercado paralelo o mercado negro.
En los últimos veinte y tres años, la devaluación de la moneda ha sido incontrolable, a tal punto que ningún gobierno liberal y nacionalista la han podido parar, pues las promesas de establecer un tipo de cambio fijo solo ha quedado en eso, ya que ningún gobernante ha hecho alago para que se cumpla. Como nunca se hicieron las correcciones macroeconómicas precisas, el resultado en este último año ha sido devastador en cuanto a la devaluación de la moneda.
La siguiente tabla demuestra los cambios en el valor de la moneda:
Año
Valor del lempira
1989
2.00
1990
5.70
1991
5.40
1992
5.83
1993
7.26
1994
9.40
1995
10.25
1996
12.93
1997
13.26
1998
13.92
1999
14.35
2000
15.01
2001
15.65
2002
16.61
2003
17.54
2004
18.41
2005
19.00
2006
19.03
2007
19.03
2008
19.03
2009
19.03
2010
19.03
2011
19.05
2012
19.64
2013
20.21

Algunos banqueros también se han pronunciado en contra de la devaluación de la moneda argumentando que el gobierno quiere seguir compitiendo con bajos salarios, lo que da lugar a una mayor devaluación, se dice que la devaluación no es más que un impuesto injusto que castiga a los pobres beneficiando a los más ricos.

Sustentan su teoría en que la competitividad en base a la devaluación, es una equivocación porque se pierde credibilidad en la moneda, ya que entre más se devalúa el lempira menos salario se paga a los obreros por la pérdida de valor de compra de los salarios; por lo tanto a cualquier país le conviene venir a montar sus empresas a Honduras, con la finalidad y único interés de pagar cada vez menos por la mano de obra hondureña.

Otros críticos han cuestionado la banca estatal en alusión al sistema de divisas, que ha implementado en los últimos años, aduciendo que no es más que un impuesto disfrazado que este año le ha venido produciendo al Estado hondureño unos 13 millones de lempiras en ganancia por cada centavo que se devalúa.

"La devaluación es otro impuesto, es otra manera que ha encontrado el gobierno de sacar el dinero a los hondureños, sacrificando también a los ahorrantes que tienen monedas en lempira".

Otro problema que crea presiones y puede llevar a Honduras a más devaluación, es la masiva importación de productos suntuarios como coches de lujo y licores finos, entre una larga lista.
A eso hay que sumar el gasto público, que crece anualmente por demandas políticas, principalmente cuando se trata de un año de elecciones, como ocurrió en el 2001, en donde de acuerdo a informes oficiales, hubo derroche de dinero tanto en los comicios internos como en los generales. Tal y como sucedió en las pasadas elecciones internas del 2012 y que para las elecciones generales del 2013 será un record en cuando al gasto corriente del estado para poder financiarla; debido a la gran cantidad de partidos políticos que entraran en la lucha política.
Otro aspecto en la devaluación de la moneda es que dependemos de los préstamos internacionales y para eso debemos alinearnos a las políticas del FMI. La presidenta del Banco Central de Honduras (BCH), María Elena Mondragón, detalló que el diálogo con el FMI se mantiene y ha sido permanente. Se mantiene la intención de negociar un nuevo acuerdo, ha habido un retraso porque no nos hemos puesto de acuerdo en ciertas políticas económicas que pretendemos sean coherentes para el país.
Recordó que después de seis años de cambio fijo, la banda cambiaria funcionó por muchos años. Los sistemas cambiarios en Centroamérica son diferentes, debemos velar porque no se generen presiones inflacionarias, ya que no se pueden tomar medidas drásticas en ese sentido, para proteger la inflación.
El bancario Bueso Arias expresó que no entiende por qué el FMI, exige una devaluación acelerada ya que Honduras no tiene excedentes en las exportaciones.
Advirtió que el proceso de devaluación acelerada derivaría en una mayor tasa de inflación al tiempo que los ahorros en moneda nacional pierden su valor con esa medida y eso es lo que más golpea al pueblo.
En ese sentido, recomendó a las autoridades del gobierno, sostenerse en su posición y no ceder a las presiones del organismo multilateral de financiamiento ya que la moneda nacional ya se devalúa a un ritmo de 5% anual.
En general cuando en un país se habla de devaluación, inicialmente por lo menos, viene una especie de pánico y el susto de hacia dónde va la moneda y viene una fuga de capitales, ya lo vimos, con solo que pusieron la banda cambiaria en vigencia, el país perdió entre 500 y 600 millones de dólares que todavía no hemos recuperado en el nivel que teníamos a junio del año pasado en reservas.
Los únicos que se beneficiarían con una devaluación acelerada serían los exportadores, maquiladores y quienes reciben renta en dólares porque recibirían más lempiras, pero en el corto plazo esa depreciación de la moneda nacional, genera más inflación y pagarán más lempiras por los bienes y servicios que compran aparte que se llevaría de encuentro a toda el pueblo.
Los que nos han gobernado han sido los principales culpables de esta devaluación, porque en este país se tiene un déficit fiscal; y que para cubrir con los programas sociales piden dinero prestado y al no invertir el dinero prestado, el país se endeuda y cada vez se hunde mas y mas en un abismo de deuda e intereses altísimos. Honduras no podrá salir de esta crisis económica sino hay una generación de presidentes consientes, para minimizar y en lo posible eliminar la corrupción.


Bibliografía
Banco Central de Honduras
Revista Hablemos Claro
Diario El Heraldo

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