La devaluación de la moneda hondureña
La devaluación es la pérdida del valor nominal de una
moneda corriente frente a otras monedas extranjeras. La devaluación de una
moneda puede tener muchas causas, entre éstas una falta de demanda de la moneda
local o una mayor demanda de la moneda extranjera. Lo anterior puede
ocurrir por falta de confianza en la economía local, en su estabilidad, en la
misma moneda, entre otros. El proceso contrario a una devaluación se conoce
como revaluación.
En un sistema cambiario libre, es decir donde la
intervención del banco central es nula o casi nula, la devaluación se conoce
como depreciación.
Las monedas de los países representan un valor, este
valor está relacionado con la riqueza de un país. La moneda en sí no tiene un
valor real, sino que es sólo representativo y si el país emite más monedas o
les da un valor más alto del que puede respaldar con su riqueza se tienen que
realizar ajustes en cuanto al valor de éstas.
Desde
1990, el lempira paso de un tipo de cambio de 2.00 lempiras por dólar hasta el
actual (2013), que es de 20.21 por dólar.
El
lempira se ha devaluado en estos últimos años en un 1,000%, desde noviembre de
1990 cuando se elimino el tipo de cambio oficial de dos lempiras por dólar.
En el gobierno de José Azcona, el dólar se cotizaba a dos
lempiras; sin embargo a mediados del régimen se crearon los Certificados de
Transferencias por Exportaciones (CETRAS), para fomentar la exportación. Para
algunos críticos, este mecanismo no fue más que una devaluación disfrazada.
En Honduras, el proceso de depreciación inicia a finales de la
década del 80, pero se oficializó y profundizó a partir de 1990, con la
aplicación del primer programa de ajuste sancionado por el entonces Presidente
Rafael Leonardo Callejas.
En el gobierno de Rafael Leonardo Callejas, se eliminaron los
CETRAS, pero se creó el Factor de Valoración Aduanera (FVA). Este mecanismo
permitió que en marzo de 1990, el dólar tuviera un valor de cuatro lempiras; en
diciembre de ese mismo año su valor ascendió a 5.70 lempiras, se mantuvo dos
años, pero en junio de 1993, alcanzó un valor de 7.26 lempiras, y el último
precio del FVA fue de 7.27 lempiras por dólar, que se registro en febrero de
1994, ya con el gobierno de Carlos Roberto Reina.
En los primeros meses de gobierno del ex presidente Carlos Roberto
Reina, el tipo de cambio fue liberalizado, lo que provoco acciones
especulativas, lo que dio lugar a eliminar el FVA, para crear el Sistema de Adjudicación
Publica de Divisas (SAPDI), aun vigente.
Este sistema se inicio el 23 de junio de 1994 con un precio base
de 8.60 lempiras por dólar. El SAPDI o subasta pública de dólares como
comúnmente se conoce se creó con el objetivo de contrarrestar la especulación
en el tipo de cambio con respecto al dólar, pues en Honduras como en otros
países de Centroamérica ha existido y existe el mercado paralelo o mercado
negro.
En
los últimos veinte y tres años, la devaluación de la moneda ha sido
incontrolable, a tal punto que ningún gobierno liberal y nacionalista la han
podido parar, pues las promesas de establecer un tipo de cambio fijo solo ha
quedado en eso, ya que ningún gobernante ha hecho alago para que se cumpla.
Como nunca se hicieron las correcciones macroeconómicas precisas, el resultado
en este último año ha sido devastador en cuanto a la devaluación de la moneda.
La siguiente tabla demuestra los cambios en el valor de
la moneda:
Año
|
Valor del lempira
|
1989
|
2.00
|
1990
|
5.70
|
1991
|
5.40
|
1992
|
5.83
|
1993
|
7.26
|
1994
|
9.40
|
1995
|
10.25
|
1996
|
12.93
|
1997
|
13.26
|
1998
|
13.92
|
1999
|
14.35
|
2000
|
15.01
|
2001
|
15.65
|
2002
|
16.61
|
2003
|
17.54
|
2004
|
18.41
|
2005
|
19.00
|
2006
|
19.03
|
2007
|
19.03
|
2008
|
19.03
|
2009
|
19.03
|
2010
|
19.03
|
2011
|
19.05
|
2012
|
19.64
|
2013
|
20.21
|
Algunos banqueros también se han
pronunciado en contra de la devaluación de la moneda argumentando que el
gobierno quiere seguir compitiendo con bajos salarios, lo que da lugar a una
mayor devaluación, se dice que la devaluación no es más que un impuesto injusto
que castiga a los pobres beneficiando a los más ricos.
Sustentan su teoría en que la
competitividad en base a la devaluación, es una equivocación porque se pierde
credibilidad en la moneda, ya que entre más se devalúa el lempira menos salario
se paga a los obreros por la pérdida de valor de compra de los salarios; por lo
tanto a cualquier país le conviene venir a montar sus empresas a Honduras, con
la finalidad y único interés de pagar cada vez menos por la mano de obra
hondureña.
Otros críticos han cuestionado la
banca estatal en alusión al sistema de divisas, que ha implementado en los
últimos años, aduciendo que no es más que un impuesto disfrazado que este año
le ha venido produciendo al Estado hondureño unos 13 millones de lempiras en
ganancia por cada centavo que se devalúa.
"La devaluación es otro
impuesto, es otra manera que ha encontrado el gobierno de sacar el dinero a los
hondureños, sacrificando también a los ahorrantes que tienen monedas en
lempira".
Otro problema que crea presiones
y puede llevar a Honduras a más devaluación, es la masiva importación de
productos suntuarios como coches de lujo y licores finos, entre una larga
lista.
A eso hay que sumar el gasto
público, que crece anualmente por demandas políticas, principalmente cuando se
trata de un año de elecciones, como ocurrió en el 2001, en donde de acuerdo a
informes oficiales, hubo derroche de dinero tanto en los comicios internos como
en los generales. Tal y como sucedió en las pasadas elecciones internas del
2012 y que para las elecciones generales del 2013 será un record en cuando al
gasto corriente del estado para poder financiarla; debido a la gran cantidad de
partidos políticos que entraran en la lucha política.
Otro
aspecto en la devaluación de la moneda es que dependemos de los préstamos
internacionales y para eso debemos alinearnos a las políticas del FMI. La
presidenta del Banco Central de Honduras (BCH), María Elena Mondragón, detalló
que el diálogo con el FMI se mantiene y ha sido permanente. Se mantiene la
intención de negociar un nuevo acuerdo, ha habido un retraso porque no nos
hemos puesto de acuerdo en ciertas políticas económicas que pretendemos sean
coherentes para el país.
Recordó
que después de seis años de cambio fijo, la banda cambiaria funcionó por muchos
años. Los sistemas cambiarios en Centroamérica son diferentes, debemos velar
porque no se generen presiones inflacionarias, ya que no se pueden tomar
medidas drásticas en ese sentido, para proteger la inflación.
El bancario Bueso Arias expresó que no entiende por
qué el FMI, exige una devaluación acelerada ya que Honduras no tiene excedentes
en las exportaciones.
Advirtió que el proceso de devaluación acelerada
derivaría en una mayor tasa de inflación al tiempo que los ahorros en moneda
nacional pierden su valor con esa medida y eso es lo que más golpea al pueblo.
En ese sentido, recomendó a las autoridades del
gobierno, sostenerse en su posición y no ceder a las presiones del organismo
multilateral de financiamiento ya que la moneda nacional ya se devalúa a un
ritmo de 5% anual.
En general cuando en un país se habla de devaluación,
inicialmente por lo menos, viene una especie de pánico y el susto de hacia
dónde va la moneda y viene una fuga de capitales, ya lo vimos, con solo que
pusieron la banda cambiaria en vigencia, el país perdió entre 500 y 600
millones de dólares que todavía no hemos recuperado en el nivel que teníamos a
junio del año pasado en reservas.
Los únicos que se beneficiarían con una devaluación
acelerada serían los exportadores, maquiladores y quienes reciben renta en
dólares porque recibirían más lempiras, pero en el corto plazo esa depreciación
de la moneda nacional, genera más inflación y pagarán más lempiras por los
bienes y servicios que compran aparte que se llevaría de encuentro a toda el
pueblo.
Los que nos han gobernado han sido los principales
culpables de esta devaluación, porque en este país se tiene un déficit fiscal;
y que para cubrir con los
programas sociales piden dinero prestado y al no invertir el dinero prestado,
el país se endeuda y cada vez se hunde mas y mas en un abismo de deuda e
intereses altísimos. Honduras no podrá salir de esta crisis económica sino
hay una generación de presidentes consientes, para minimizar y en lo posible
eliminar la corrupción.
Bibliografía
Banco Central de Honduras
Revista Hablemos Claro
Diario El Heraldo
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